La mayoría de gente usa IA así:
"ChatGPT, escríbeme un email de seguimiento para un cliente."
"ChatGPT, hazme un resumen de este documento."
"ChatGPT, dame ideas para mi próximo post."
Una tarea. Un resultado. A la siguiente.
Como contratar a alguien de Wallapop para que te monte un mueble de IKEA.
Viene, monta, se va.
Problema resuelto... hasta la próxima vez que necesites montar algo.
Pero hay otra forma de usar IA.
En lugar de pedirle que haga cosas, le enseñas CÓMO haces tú las cosas.
Le das tu metodología.
Tu proceso.
Tu experiencia.
Y entonces ya no tienes que estar ahí supervisando cada tarea.
Porque la IA replica tu forma de trabajar.
Ejemplo:
En lugar de: "Escríbeme un email de ventas"
Haces esto: "Toma mi proceso exacto de 7 pasos para escribir emails que convierten. Aquí está mi metodología completa, mis ganchos favoritos, mi estructura de objeciones, y cómo adapto el tono según el cliente. Ahora aplícalo a este caso específico."
¿Ves la diferencia?
En el primer caso, delegas una tarea.
En el segundo, automatizas tu expertise.
El primero te da un resultado que tienes que pulir durante horas.
El segundo te da un resultado que suena como si lo hubieras hecho tú.
Porque técnicamente, lo has hecho tú.
Solo que la IA ha sido tu ejecutor.
La mayoría cree que usar IA es ser más eficiente haciendo las mismas cosas.
Error.
Usar IA es clonar tu cerebro para que trabaje sin descanso.
Es crear un asistente que no solo hace lo que le pides.
Sino que hace lo que tú harías.
—Javi
P.D.: Cuando dominas esto, ya no "usas" IA. IA se convierte en la extensión digital de ti.