Los mejores textos son como un tobogán.
Empiezas arriba, y cuando quieres darte cuenta...
Ya estás abajo.
El titular te atrapa.
Lees la primera frase.
Y antes de que te des cuenta, estás metido en la acción.
El lector sigue, y sigue, y sigue...
Como una bola de nieve que no para de crecer.
¿Has notado lo que acabo de hacer?
¿Qué ha pasado?
Te he hecho leer todo eso.
¡Y ahora estás leyendo esta también!
Como un tobogán, sigues bajando y bajando.
¿Seguimos?
Los lectores son como gatos
(caprichosos y difíciles de atrapar)
Pero hay un secreto para cautivarlos.
¿Quieres saber cuál es?
Aquí viene: Los bucles abiertos.
Te explico qué son en un momento...
Pero primero, hablemos de los bucles cerrados.
Un bucle cerrado es como una caja bien cerrada.
Está completo. Ordenado. Empaquetado.
¿Quieres saber cómo hacer un huevo frito?
Aquí tienes la respuesta: usa aceite bien caliente.
Bucle cerrado.
Ya estás satisfecho.
Pero un bucle abierto...
Ah, eso es diferente.
Un bucle abierto plantea una pregunta, esconde un misterio, o despierta tu curiosidad sin darte la respuesta inmediatamente.
La "revelación" se retrasa para mantenerte enganchado.
Parece un truco sucio, ¿verdad?
No lo es.
Pero espera... ¿por qué demonios querrías ocultar cosas al lector?
¿No es ese el objetivo de escribir?
¿Darle al lector lo que vino a buscar?
Sí, PERO...
Deja que te cuente.
El beneficio más brutal de los bucles abiertos
(y que casi nadie aprovecha)
Pero... ¿en qué se traduce todo esto?
Atención.
Es como cuando ves una serie:
Si cada episodio te da todas las respuestas, igual ni te molestas en ver el siguiente.
Pero si te deja con la intriga...
No puedes evitar darle a "siguiente episodio".
Al retrasar la información completa, creas un impulso que arrastra al lector por tu texto.
¿El resultado?
Interesa
Engancha
Y es divertido de leer
El error que casi todos cometen
La mayoría de escritores presentan la información ordenada.
Como un profesor aburrido de instituto.
El contenido puede ser la hostia.
Pero si no mantienes la atención con bucles abiertos...
Es como tener un Ferrari y conducirlo a 30 por hora.
5 técnicas para hacer que tus lectores no puedan parar de leer
(como si tus textos tuvieran cocaína)
1. Preguntas que enganchan
(en titulares y aperturas)
Empieza con una pregunta que pique la curiosidad.
Como: "¿Acaso esta empresa tiene la clave para ser feliz viviendo con menos?"
Y después del titular, continúas aumentando la curiosidad.
"En 2019, una startup generó más de 10 millones sin tener ni un solo empleado"
2. Suelta una bomba sin explicarla
Haz una afirmación brutal al principio y retrasa la explicación.
Por ejemplo: "La gente en este pueblo de Japón vive más años que nadie - y no es por lo que piensas..."
(y deja que se mueran de curiosidad)
3. Usa señales visuales
Los dos puntos, las viñetas y los asteriscos son tus amigos.
Mira: "Las 3 cosas que realmente venden:
1: ______
2: ______
3: ______"
4. Conecta secciones como si fueran capítulos de Netflix
Usa frases puente que mantengan el impulso:
"Ahora que hemos visto X, vamos con Y - algo que me llevó años descubrir"
"X es importante, pero hay otro factor que aún no te he contado. Pista: cambió todo para mí"
Acaba cada sección con un cliffhanger que se resuelva en la siguiente.
5. Repite palabras clave
Si acabas un párrafo con "la clave del éxito" y empiezas el siguiente con la misma frase, creas un hilo conductor que arrastra al lector.
Es como dejar miguitas de pan:
El lector no puede evitar seguirlas.
Y lo mejor?
Es más fácil de lo que parece.
La regla de oro de los bucles abiertos
Vale, ya sabes qué son los bucles abiertos.
Ya has visto cómo crearlos.
Pero antes de que te lances a escribir...
Hay algo que necesitas saber.
SIEMPRE cierra los bucles que abres
(o tu lector te odiará)
Necesitas un equilibrio entre bucles abiertos y cerrados.
Como un baile:
Das un paso adelante (abres un bucle)
Das un paso atrás (lo cierras)
Y repites
Cómo hacerlo bien
Empieza con un bucle abierto en el titular:
Resuélvelo rápido
Mantén el ritmo en el cuerpo del texto:
Haz preguntas
Señala lo que falta por saber
Adelanta lo que viene después
Cierra cada bucle en 1-3 párrafos
Acaba con un cierre satisfactorio
El objetivo es mantener la curiosidad justa:
Ni tan poca que se aburran.
Ni tanta que se frustren.
Vaya follón, ¿eh?
No te preocupes.
La IA puede ayudarte con todo esto.